jueves, 10 de septiembre de 2009

Hable con ella


Mi mejor clase de Tae Bo fue la noche en la que volví a ver a mi ex. Sí, después de dos semanas de descoordinaciones garrafales y de querer matar al entrenador y a todos los pupilos aplicaditos que daban puñetazos y patadas al aire, pude hacer una clase completa sin renegar. Parece que fue el efecto ex el que me puso las pilas, así que debo agradecerle. Es más, nos debemos agradecer mutuamente porque gracias a esa clase en la que desfogué los últimos remanentes de una ruptura frustrante (porque nunca pudimos escarbar nuestras miserias mirándonos a los ojos), ya no me quedó más agresión y logramos sostener una conversación civilizada. Yo parecía una funcionaria de embajada: directa, distante y fría, cuestionando los documentos de un temeroso turista que solicitaba una visa de residente, o de reincidente. Pero todo con unos modos tan correctos que ni yo me reconocía. Nunca he sido tan proper y coherente. Ahora sí parecía la Hildebrandt, como me dicen en la chamba (las amorcinas creen que soy un diccionario andando y se quejan cuando no tengo una respuesta a sus preguntas gramaticales).

Todos vuelven mis queridos lectores. Esa es una ley de la naturaleza en cuanto a parejas se refiere. Alguna vez me ocurrió a mí, ahora le ocurre a mi ex. Terminar una relación es una responsabilidad y normalmente uno carga la mochila de la culpa y quiere liberarse de aquel peso que nos joroba la vida. Si solo se trata de eso, el deseo de retorno es una farsa. Está alimentado por el miedo, y si nuestro motor es el miedo, el combustible se consume rapidito dejándonos nuevamente a medio camino y con un copiloto doblemente herido. Pero, el peor escenario para un desertor es cuando descubre que su deseo de retorno es auténtico —dando fé a la frasecita de: uno no sabe lo que tiene hasta que lo pierde— e imposible como cruzar el Niágara en bicicleta (a propósito, grande Juan Luis!!!!!), porque el ser amado ya no nos ama más.

¿Y por qué será que los hombres le huyen al talking? (mi ex lo hizo durante cinco meses). Creo que porque nosotras nunca perdemos. Todo lo que dice el hombre es usado en su contra. Los acorralamos, los echamos contra la lona, y no precisamente para una lucha hot en un ring de barro. Si nos dan la contra, entonces no nos comprenden, y si nos dan la razón nos están tratando como locas (para que nos callemos de una buena vez).
¿Se acuerdan de mi predicción con el Chamo? Anuncié que me mandaría a Bagua porque un hombre de Estado no iba a aguantar a una chica de letra floja. Y así fue. Debería escribir un post que diga, ¿cómo perder a un saliente en dos posts? Pues fue otro hombre que prefirió evitar el diálogo, ¡y se supone que trabaja en política! Pero no puedo culparlo, no es fácil lidiar con esta Maya malcriada (si supiera que me acabo de comprar un nuevo par de zapatitos de enfermera de sala de urgencias pero en color negro... y para ir a bailar!!!! PLOP).

Lo que ocurre es que la contradicción no es una característica meramente femenina. Muchos hombres se quejan porque dicen que somos absorbentes y posesivas, que no les damos suficiente espacio y que nuestro hobbie es exigir y prohibir. Pero cuando una mujer no acosa y puede ser feliz sin el afecto del compañero de turno, entonces algo anda mal. Los hombres se sienten terriblemente inseguros y abandonan el barco. Eso es parte de un mal aprendizaje respecto al amor. Estar enamorados no significa mimetizarse, y la felicidad no debería estar condicionada por una pareja amorosa, sino subrayada por el resaltador fosforescente del amor. La pareja debería sumarnos, acompañarnos, pintarnos con nuevos matices, pero no nos olvidemos que nuestra propia vida ya tiene color. Si vamos por el mundo buscando el color en el otro y basando nuestra felicidad en arco iris ajenos, cuando un día la pareja nos deja de alumbrar corremos el riesgo de quedarnos en blanco y negro.

Por eso me llevo tan bien con mi Leo incondicional, el que me ama a pesar de todo. Con novio, sin novio, independiente, engreída, sarcástica, dormilona. Ni yo le exijo nada, ni él me exige nada a mí. Nos queremos sin necesitarnos y endulzamos nuestras vidas con irrupciones imprevistas de cariño y buen humor. Mi Leo se suele comunicar conmigo con mensajes de texto, y a veces, me hace pasar del susto a la risa en un segundo:

- Oye estoy en un apuro, es URGENTE!!!!! se me ha metido una nube a mi cuarto, ahora qué hago?

Otras veces me escribe de puro aburrido, cuando normalmente estoy corriendo en la chamba o lidiando con mi hija:

- Toy insomne… qué hago, me leo la guía telefónica?

- Jaajajaja llegué hasta los Gutiérrez y me kede jato!!! Como amaneció la más bella de esta triste ciudad de pobres corazones? Extraño tu sonrisa!!!


O también me escribe desesperado, cuando le hace falta una dosis de Maya vivencial y no de Maya virtual.

- Houston llamando a Texas!!!! Cambio.

- Aki Houston con la loka idea geográficamente imposible de abrazar a texas!!! Extrañando la aridez del territorio. Urgente, Texas responda! No se haga la tercia!!! cambio.

- Houston sobrevolando Texas hasta tener cielo despejado, esperando no kedar sin combustible, mandar señales cuando esté en condiciones optimas para aterrizaje forzoso! Cambio.

- Copiado Texas, espero la señal no pase de las 8 que nos kedamos sin combustible, ya casi puedo visualizar pista de aterrizaje, besos tejanos, cambio.

- Oe Texas… ya pues, pa cuando!!!! Toy que sobrevuelo desde el martes!!! Jajajaja avisa peeee… on tas?

- Hasta cuando voy a soportar tanto maltrato de tu parte!!!! Esta bien que sea un animal noble, pero no abuses!!! Como haces pa aguantar sin verme? Yo no puedo!!!!

Como ven, ni las relaciones que parecen perfectas son perfectas. No existe el equilibrio, porque el verdadero equilibrio es la muerte (eso dice mi maestro de yoga). No son ideales ni los noviazgos intensos que lo prometen todo, ni los flirts aparentemente sin compromiso. Y es que nada es estático, nada permanece inmutable y, como diría Watanabe, hasta las piedras tienen movimiento. ¡Que pase el siguiente!

4 comentarios:

Unknown dijo...

Me pareció buenísimo y tienes toda la razón, no existe el equilibrio porque nada es estático............
Conclusión: o te desequilibras y eres feliz o te quedas sola, jajajajajjajaj, tomemos una decisión.

Giselle Klatic dijo...

jajajaja, veo que estamos cambiando!!!! Ahora el desequilibrio es una opción para la psicóloga de la familia!!!!
Seamos felices!!!!

Unknown dijo...

Totalmente de acuerdo el desequilibrio es la mejor medicina para ser feliz, te ayuda a cuestionarte y a tomar mejores decisiones.

Jorge Pérez Albela B. dijo...

Interesantes comentarios. Por mi parte, continúo tratando de alcanzar el equilibrio en todo sentido, el justo medio. Es un intento permanente, pero soy conciente de que el equilibrio absoluto no existe, es relativo y temporal, la felicidad se vive por momentos, aunque siempre debemos tener abierto nuestro corazón y nuestra mente a fin de darle una nueva oportunidad.

Felicitaciones por tu decisión, más vale estar solo que mal acompañado.

Mis mejores deseos para este año!!!