sábado, 2 de mayo de 2009

My spirit flies to you


Searching from many years
My spirit flies to you
Now I guess it saw
I dance with the wind
I´m flowing to your dream
You can lose your fear
You can change your life

Monjes budistas
Sakya Tashi Ling

Mantra de purificación de Vajrasatva. Mantra de Tara Verde
En este tema los monjes recitan el mantra de Vajrasatva para facilitar la Purificación. Esta labor queda muchas veces entorpecida debido a que con anterioridad, la mente ha participado de muchos momentos de descontrol y ha sido zarandeada por pensamientos provenientes de estados no agradables tales como: ofuscación, la tristeza, el enfado, los apegos, ... cuantioso es lo que tenemos que purificar. Cuando lo observamos con cierto detenimiento, incluso su solo recuerdo ya nos perjudica, impidiéndonos sentirnos completamente felices. Involucrarse en prácticas de purificación es, en sí mismo, un compromiso directo hacia la felicidad. Es sanar, promover el fin de una presencia negativa para hacer surgir la nueva y más perfecta tendencia positiva. Desde la perspectiva directa del resultado de escuchar este tema estudiando la influencia de los mantras que en él se recitan, podemos percibir que existe una combinación de la fuerza de la purificación con la de la energía femenina que libera (Tara). Ello crea una atmósfera refrescante y purificadora que nos predispone a hacernos resurgir de nuestras propias cenizas. No hay nada por lo que sentir remordimiento. El arrepentimiento solo es bueno si te hace cambiar de una actitud descontrolada con resultados negativos, a un talante focalizado con vistas a efectos positivos. Darse cuenta de los errores es en realidad, crecer. Entrénate, ya que cuando domines este nivel podrás incluso, progresar sin cometer tantos errores, sin sufrir. Si estás en un momento no del todo positivo, aprende de lo negativo que te está pasando, pero sobretodo no odies a lo negativo. Ya que recuerda que si te mueve el odio, lo que activas es solamente: odio. ¡Tú decides!. Permite que la bendición del mantra te ayude a formar tu nuevo planteamiento vital.

Fuente:
Fundación monjes budistas

2 comentarios:

Juan Mateo dijo...

Bueno mi querida MAYA, me dejas pensando en muchas cosas... Has tocado un tema que ha sido sustancial en mi vida, y quiero aprovechar para compartir ciertos vislumbres que he tenido al respecto.

En mi opinión la historia del arte ha sido una experiencia desesperada por llevarnos más allá de nosotros mismos. Exactamente el mismo impulso que ha determinado el desarrollo de la meditación y la búsqueda espiritual en oriente. Por eso encuentro una analogía entre el arte y la espiritualidad.

Una verdadera obra de arte es tal en la medida en que nos deleita, en su poder de desconcierto yace la magnitud de su grandeza. La evolución del arte ha sido un sólo esfuerzo constante por forzar los horizontes estéticos en busca siempre de nuevos estímulos capaces de darnos esta experiencia: sorprendernos. Apenas un estilo se establecía, surgían artistas de vanguardia, grandes abanderados en contra del aburrimiento formal, que encontraban formas de romperlo, buscando grietas en lo conocido para percibir el aroma adictivo de lo incomprensible.

Cuando somos enfrentados a algo novedoso y desconcertante, pues de pronto la incapacidad de la mente por etiquetar y entender lo que tiene al frente, nos deja suspendidos en un estado de atención pura y silenciosa, que de inmediato nos pone más allá del pensamiento. Empujados fuera de lo cotidiano y conocido, el presente demando toda nuestra atención y entonces sucede lo sivino: la percepción se vuelve limpia y extática, inundada con la inocencia desorbitada que lucen los niños en su mirada. Lo nuevo nos atrapa, nos silencia la mente, ceden las preocupaciones y cede el flujo de pensamientos: el ruido rutinario y monótono de nuestras cabezas se detiene. Y de pronto, hay orden, armonía, paz, bienestar, sentido, silencio.

Se trata de la misma experencia ya sea que estemos frente a una pintura, a una pieza musical, a un poema, o a un perfume. Finalmente la misma experiencia también que sucede al contemplar la naturaleza. Un paisaje, una cascada, un rostro hermoso, y las pinturas de modigliani tienen en común aquello: la capacidad para devolvernos al presente por medio de su contemplación, poniéndonos así en sintonía con el universo, fundidos en plena conciencia desaparece el minusculo y patético dialogo interno. El monólogo inútil e infernal causante y culpable de todas las calamidades que experimentamos.

Hablar de la atención pura, más allá del pensamiento, es hablar de la meditación. Encontrar ese estado de quietud y paz es aquello que los orientales han buscado durante milenios, desarrollando todo tipo de prácticas espirituales, para lograr vivir permanentemente en ese estado. Nosotros, pobres mendigos de lo divino, en cambio, nos complacemos con las dósis efímera que nos proporciona la suerte de vez en vez. Una exposición de arte, una canción en la radio, un beso, un orgasmo, una experiencia adrenalínica, un espectáculo de fuegos artificiales.

Giselle Klatic dijo...

Mi querido Juan Mateo:
Me ha encantado la comparación que has hecho entre el arte y la meditación. Qué bonita forma de salir de la mente.
El objetivo de todas las técnicas de meditación, en donde te enfocas en algo en específico (en la respiración, en una melodía o en un mantra) es lograr eliminar los pensamientos. Para mi maestro de yoga, al que abandoné hace tiempo, lo mejor es la contemplación. Es decir, que logres estar atento a todo lo que ocurre a tu alrededor, sin enfocarte en una sola cosa. Esta técnica es lo contrario a la concentración. Vale la pena probar...
No sabes cómo extraño mis clases de yoga. Tengo que volver. Y tú también deberías volver al arte, tal vez pronto tenemos a un Mateo iluminado! Namaste...